¿Por qué el tratamiento de IVF es tan popular?

Hace diez años, no todo mundo estaba familiarizado con las fertilizaciones in vitro (IVF por sus siglas en inglés) y su uso para tratar la infertilidad. Para bien o para mal, las noticias de Octomom (mujer que dio a luz a octillizos en enero de 2009) llamaron mucho la atención sobre esta tecnología de reproducción asistida. Ese caso específico nos mostró lo que NO se debe hacer en el uso de este tratamiento: no hay que transferir demasiados embriones.

Desde que el procedimiento estuvo disponible en 1978 hasta la fecha, han habido más de 3 millones de nacimientos en todo el mundo por fertilizaciones in vitro. Su popularidad se debe a su efectividad, ya que proporciona las tasas de éxito más altas en el tratamiento de la infertilidad.

¿Qué sucede durante un tratamiento de IVF?

A la paciente generalmente se le administran píldoras anticonceptivas para regular sus ciclos menstruales. Luego, se agregan medicamentos como las gonadotropinas inyectables para estimular los ovarios y el crecimiento de los folículos, dependiendo del protocolo que elija el especialista en fertilidad. Una vez que la paciente deja de tomar píldoras anticonceptivas, se usan gonadotropinas inyectables para estimular la mayor cantidad posible de óvulos. A continuación, se realizarán ultrasonidos transvaginales para controlar el crecimiento de los folículos, de 3 a 5 ultrasonidos tras la suspensión de las píldoras anticonceptivas. Una vez que los folículos alcancen un tamaño de entre 18 y 22 mm, a la paciente se le administrará la hormona hCG, conocida como el «tiro desencadenante». Aproximadamente de 38 a 40 horas después del desencadenante, se lleva a la paciente al quirófano y, utilizando el mismo ultrasonido transvaginal, se introduce una aguja (del mismo tipo que se usa para extraer sangre, pero más larga) a través de la vagina (con la sonda de ultrasonido mirando directamente al ovario) y se coloca directamente en el folículo. A través de una succión, se extrae el contenido del folículo y se guarda en un tubo de ensayo o de probeta (de ahí el antiguo nombre «bebés de tubo de probeta»). Los óvulos se sacan de los tubos de ensayo y se colocan en una placa de Petri donde se unirán los espermatozoides con el óvulo para la fertilización. Los embriones se incuban de 3 a 5 días. Después, los embriones resultantes se verificarán a diario para comprobar que están reaccionando correctamente y para «clasificarlos». El día de la transferencia, dependiendo de la división y la calidad celular de los embriones, el especialista en fertilidad decidirá contigo cuántos serán transferidos de regreso. Ten en cuenta que hay pautas proporcionadas por la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva en términos de cuántos embriones son seguros de transferir. La mayoría de los pacientes eligen uno o dos embriones.

Los embriones se colocan en un catéter, el especialista en fertilidad colocará después un espéculo, como en una prueba de Papanicolaou, para que el catéter que contiene los embriones pasé a través del cuello uterino y llegue al útero, donde se depositan los embriones. La progesterona y el estrógeno se medirán a partir de entonces y se verificará el nivel de hCG en sangre, aproximadamente 12 días después de la extracción del óvulo.

Una de las ventajas de la IVF es que existen varias tecnologías disponibles para ser utilizadas junto con este tratamiento y así aumentar tus posibilidades de embarazo. Las tecnologías más comunes disponibles para quienes se someten a la IVF son:

Inyección Intracitoplasmática de Esperma (ICSI)

Este es un procedimiento en el que un solo esperma se aísla y se inyecta directamente en el óvulo para la fertilización. Esta técnica fue una revolución cuando finalmente se dominó a fines de la década de 1990. Antes de esto, los hombres que producían pocos espermatozoides o espermatozoides con baja morfología (forma) o motilidad (nadadores), necesitaban esperma de donante, ya que su propio esperma posiblemente no tuviera la capacidad de atravesar adecuadamente la capa de los óvulos. Con ICSI, no tenemos que preocuparnos por atravesar la corteza de los óvulos, ya que una jeringa contendrá un solo esperma y este se inyecta directamente en el óvulo, logrando así la fertilización.

Vitralización de óvulos (Congelación de ovocitos)

CARE Fertility también se enorgullece de proporcionar vitralización o congelación de óvulos con la aprobación IRB del Glendale Adventist Medical Center, según lo recomendado por la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva (ASRM). Según las regulaciones de la FDA, el IRB es un grupo debidamente constituido que ha sido designado formalmente para revisar y monitorear la investigación biomédica que involucra seres humanos. Los óvulos (ovocitos) se colocan en un entorno de congelación especial. Pueden permanecer congelados durante meses o incluso años, y descongelarse para usarse en el futuro en una IVF.

Extracción de esperma testicular (TESE)

Se suele realizar por un un urólogo especializado en fertilidad masculina. Aproximadamente el 40 por ciento de los hombres que no producen esperma tienen algún tipo de obstrucción tubárica (los espermatozoides tienen que pasar a través de una serie de tubos para ser eyaculados), que por lo general se produce en un conducto deferente. Los hombres que han tenido cirugías de hernia suelen tener un alto riesgo de sufrir obstrucciones debido a dicha intervención. Algunos hombres, especialmente aquellos con formas leves de fibrosis quística, nacen sin conducto deferente (se requerirán pruebas de pareja para verificarlo). En estos casos, suele haber bastantes espermatozoides en los testículos (epidídimo), entonces un urólogo puede simplemente extraer esperma directamente del testículo con una jeringa especial. Los óvulos extraídos para la IVF se pueden fertilizar a través de ICSI con estos espermatozoides.

Los embriones tienen una especie de caprazones que los rodean que a veces son muy gruesos. Creemos que estos caparazones engrosados pudieran en ocasiones no permitir que el embrión eclosione, y esto impediría la implantación y el embarazo. Es muy notoria la presencia de caparazones engrosados en pacientes con respuesta deficiente y en mujeres mayores de 38 años. El caparazón se puede adelgazar con un láser o una solución ácida con el fin de facilitar la eclosión del embrión.

Diagnóstico Genético Preimplantacional (PGD)

Es un procedimiento que permite detectar un defecto genético específico en embriones. Un embrión del día 3 generalmente tiene 8 células y una de estas células se extrae y analiza para detectar específicamente algún defecto. Por ejemplo, si las dos personas que conforman una pareja son portadoras de fibrosis quística (CF por sus siglas en inglés), significaría que tienen un alto riesgo de transmitir CF a sus hijos. La célula que se extrajo del embrión se analiza para detectar la CF, y si la célula no tiene este defecto genético, se supone que el embrión tampoco lo tendrá, y viceversa. Solo aquellos embriones con células normales serían transferidos nuevamente al útero para permitir que la implantación y el embarazo produzcan un bebé sin defectos genéticos.

Hoy en día, a veces cuando una familia tiene un hijo con un cierto tipo de leucemia y no hay nadie en la familia con una coincidencia de médula ósea, las parejas pueden someterse a la IVF + PGD para buscar específicamente un embrión que lleve una coincidencia de médula ósea. Una vez que se identifican los embriones, estos embriones se transfieren de regreso. Y cuando nace este bebé, se toma una pequeña muestra de su médula ósea para salvar la vida de sus hermanos con la leucemia.

Pruebas Genéticas Preimplantacionales (PGS)

Es un procedimiento en el que las parejas simplemente quieren asegurarse de que los embriones que se transfieren son cromosómicamente normales. La biopsia se puede realizar los días 3 ó 5 del blastocisto (del embrión). La ventaja de hacer una biopsia de trofoectodermo (célula del blastocisto) en el día 5 es que sería una biopsia de múltiples células —la biopsia del día 3 sería de una sola célula—, generalmente del área de blastocistos destinados a ser la placenta.

Actualmente, hay dos formas de detectar embriones, ya sea a través de la hibridación fluorescente in situ (FISH) o la hibridación genética comparativa (CGH). La FISH no puede verificar todos los cromosomas, por lo que solo se verifican unos pocos. La CGH puede verificar los 46 cromosomas (incluido el sexo) y se está comercializando. Ambos procedimientos verifican la cantidad de cromosomas, con el fin de evitar defectos genéticos como el síndrome de Down. Con una transferencia del día 3, el blastocisto fresco resultante puede transferirse nuevamente fresco el día 5. Si se desea hacer la CGH, el embrión biopsiado debe congelarse porque toma unas semanas obtener los resultados. Ya con los resultados, los embriones normales se descongelan y se transfieren de regreso. Sin embargo, como señalan varios artículos, las células biopsiadas que se analizan con estas dos tecnologías no son necesariamente representativas de la célula misma; pues algunos embriones anormales parecen autocorregirse y convertirse en bebés normales, y viceversa. Las tasas de embarazo también parecen ser más bajas cuando los embriones se biopsian de esta manera. Aunque la CGH es más completa que la FISH para verificar los cromosomas, la CGH está en sus inicios y requiere actualmente la congelación del blastocisto biopsiado con la eventual descongelación del blastocisto normal para su transferencia.

En la actualidad, las PGS siguen siendo controvertidas en el mundo de la fertilidad, y por ello la comunidad no las recomienda para detecciones simples.

Los chips de ADN (microarrays), que están actualmente bajo investigación científica, buscan evaluar varios cientos de genes (no solo el número de cromosomas) en cada embrión. Los genes letales o debilitantes que se encuentran en los embriones pueden evaluarse básicamente y solo aquellos embriones que no portan estos genes se pueden transferir. Pero insistimos que esta tecnología aún dista algunos unos años para estar disponible comercialmente.

Se están desarrollando muchas más tecnologías, como encontrar marcadores de embriones en los medios de cultivo que, simplemente al verificar los medios y sin manipular el embrión, permitan determinar el mejor embrión. Otras tecnologías estudian la dinámica de flujo para intentar imitar el entorno de las trompas de Falopio para el embrión. Si bien esto tiene sentido, tenemos la esperanza de que dentro de pocos años, podremos proporcionarte estas tecnologías, no solo para mejorar las tasas de embarazo, sino también para ofrecerte un diagnóstico cuando sea necesario.

En CARE Fertility, estamos comprometidos a ayudarte a superar la infertilidad. Te ofrecemos una primera consulta gratuita con uno de nuestros especialistas certificados en fertilidad para ayudarte a determinar si la IVF es el mejor tratamiento para ti.